¡ El pulguero de la sonrisa feliz !

El negocio es lucrativo y lo hace más lucrativo la publicidad que han lanzado al aire,"consultorio de la Sonrisa Feliz".Así lo llaman y así logran que acudan miles de "clientes-pacientes" o "pacientes-clientes",con la esperanza de poder sonreír sin hacer ninguna mueca, sintiendo que ya abren la boca con naturalidad:- despojados de una parte de la máscara que llevan por estos caminos de las apariencias- y entonces, de la noche a la mañana, poder ser felices o enseñar una sonrisa feliz...aunque la procesión vaya por dentro.Tengo un amigo de los que se oponen vigorosamente a cualquier Reforma de Salud,porque considera que en la sociedad se debe respetar los niveles;que la igualdad no es más que una invención bíblica,o mejor dicho,una invención de los que se llaman teólogos.Pero para no entrar en esos laberintos,trataré de hacer un resumen de la visita de este amigo al Consultorio de la Sonrisa Feliz.Así me dijo este amigo:Pues te cuento que lo que me pasó es cierto y, si no fuera porque lo viví en carne propia, no lo hubiera creído.Llegué temprano a mi cita y me recibió una dama muy amable, de nombre Bernarda, con una gran sonrisa, me imagino que para que se puediera apreciar la blancura de sus piezas dentales -que parecen como una pasta de leche-esa es la moda.Me llamó la atención tanta cordialidad y lo sofisticado del lugar.En la paredes colgaban muchos cuadros; algunos de la Ciudad Eterna.Por eso algunos críticos de este consultorio le llaman al dentista " moderno Nerón" o " Nerón del siglo XXI".A decir verdad, yo pensaba que era envidia de la gente que no podía llegar a adquirir esta belleza tan necesaria para movernos en la sociedad.Existe una teoría que atribuye el nombre a que , igual que el Nerón de Roma, este personaje destruye para construir.Otros piensan que se debe a sus preferencias sexuales.A mí me importaban un bledo todas estas teorías ya que lo que yo buscaba era tener mi sonrisa feliz.Terminé la consulta y me dirigí donde se encontraba la Bernarda ;cuál fue mi susto cuando me dijo lo que debía ya que era el doble de lo acordado. Originalmente yo protesté.Le hice ver que eso no era honesto y que lo que me cobraban era exagerado."Debo decirte que ya no sentía una sonrisa feliz sino una mueca, producto de la rabia y la angustia.La discusión se tornó violenta ya que la dulce Bernarda parecía un demonio y me gritaba que tenía que pagar lo que ella decía, repitiendo una y otra vez:¡Ustedes los medio pelo quieren tirarse el pedo más arriba del culo!.Toda la fineza,la educación y la dulzura se habían vuelto un vómito de insultos y vulgaridades cuando vio que estaba en peligro el pago. Repetía sin cansarse que lo que importaba era el cash.Lo más desagradable vino después, cuando se abrió la puerta de Nerón y éste fuera de sí, moviéndose como empujado por molinos de vientos , dijo con voz de trueno:¡Esto no es un pulguero!¡Esto no es un pulguero!¡Aquí se respetan los precios!¡Aquí no se piden rebajas!¡Esto no es un pulguero!.La Bernarda, que hasta ese momento pasaba como una empleada con cierto poder de decisión, le gritó al Neroncito:¡Vete para tu jaulita, angelito,vete para adentro hijo mío!El hijo no hacía caso y le reclamaba que él no estaba dentro de ninguna jaula y que había salido del closet desde hacía mucho tiempo.Que eso no le avergonzaba,pero que Sí le avergonzaba la actitud de Bernarda, que vivía de las apariencias.¡Te digo que entrés,mal hijo,vas a llenar de plumas todo esto!¿Qué van a decir nuestras amistades?Vamos a ser el hazmerreír de las buenas familias,las que tienen lo que nosotros estamos luchando por tener:¡el cash!.Yo había pasado a segundo plano.La discusión había tomado otros rumbos y yo no hallaba donde meterme. La elegancia y la sofisticación se habían convertido como en una subasta pública dentro de un pulguero cualquiera;alimentado este ambiente por los complejos de una mujer que vivía del qué dirán,de las apariencias, pero que era un látigo para su hijo, al que despreciaba en nombre de su dios,de sus costumbres y de su religión. Mencionaba con insistencia asuntos de templos,de misas,de comunión,de caridad,de piedad;lo que se conoce como candil de la calle y oscuridad de su casa:¡Te digo y te repito que no voy a aceptar que sigas echando plumas, ya que éste medio pelo, que está pidiendo rebaja, me sacó de quicio y, escuchá bien:El horno no está para bollos!.¡Ja,ja ja!- se rió el hijo,contestándole:El que no está para bollos soy yo y eso vos lo sabés desde hace tiempo cuando querías que yo permaneciera encerrado en el closet y ahora querés que esté en mi jaulita de oro.Ya deja de lanzar tantas maldiciones en nombre de Dios. Como dijo Valle Inclán:"Dios no mira lo que hacemos,tiene la cara vuelta.".Yo siempre he creído que mi abuelo te puso el nombre de Bernarda por la obra de García Lorca,nuestro siempre recordado Federico, llamada La casa de Bernarda Alba;haz pretendido manejar y manipular a todos los que te rodean. Lo peor: en nombre de la religión, con una lengua que puede prenderle fuego a un bosque.¡Se acabó!¡ Ya no quiero más discusiones!-dijo con un tono autoritario la Bernarda , elevando los ojos al cielo,como en un gesto teatral-.Abriendo los brazos y poniéndose de rodillas exclamó:¡Ojalá que en este mes de Junio, en que Jesucristo-Hombre se convierta en una bola de fuego, venga con su sonrisa feliz a nuestro Consultorio de la Sonrisa Feliz y te queme las nalgas para que sientes cabeza y no sigas levantado en el aire.!.Yo me fui y la discusión continuaba.Pagué lo que tenía que pagar y atrás quedó algo peor que un pulguero:algo parecido a la moderna Inquisición.Se me olvidaba comentarte que en la parte de arriba del escritorio de la Bernarda se encuentra un cuadro de Goya:El mundo de las Brujas,donde el pintor denunciaba las máscaras animalescas en las brujas más perversas."¿Será casualidad?.Como yo no estaba muy seguro de lo que mi amigo me había narrado, pasé por el consultorio, en el pleno corazón de Miami Dade, y pude contemplar a la Bernarda y el cuadro de Goya presidiendo el Pulguero de la Sonrisa Feliz.¡Ah!Me olvidaba decir que ya mi amigo está considerando seriamente apoyar la Reforma de Salud, no para estas superficialidades, sino para que los más desafortunados sean atendidos con conciencia social y así poder construir un País más noble y más humano.