Sunday, March 28, 2010

¡La muerte de los paneles de la muerte!

¡La Reforma de Salud ha sido aprobada! La sociedad tuvo la oportunidad de debatir en todos los foros las virtudes o errores de la misma. La estrechez de intereses partidistas convirtió lo que pudo haber sido una fiesta democrática en un gran hueco que trataron de rellenar con basura. Hubo muchos argumentos para tratar de impedir la aprobación de esta reforma. Uno de ellos era, simplemente: que se estaba hipotecando el futuro de nuestros hijos, nuestros nietos y biznietos. Pero estos ilustres representantes olvidaban que en estos precisos momentos hay hombres, mujeres, jóvenes y niños que están perdiendo a un ser querido porque les es negado un seguro médico; en virtud de leyes injustas e intrínsecamente perversas. La nueva ley –que combate una terrible desigualdad– debe ser saludada con espíritu patriótico, ajena a intereses partidistas. Los que se han unido en el propósito de desprestigiar la ley han formado un coro que presagia horrendas penumbras. Sin embargo, son tan contrarios sus intereses a los del pueblo necesitado que ellos no pueden ver los reflejos de un sol naciente. La gente común y corriente discute, en medio de confusiones, lo que habrá de afectar sus vidas y las de los suyos. En esa situación encontramos a Margarito, que aborda, como lo hace cada cierto tiempo, a su amigo Javier Isidoro. –Ha pasado la Reforma de Salud. Entramos a una etapa socialista –expresa con preocupación y enojo Margarito– nos esperan días grises. Se ha mutilado nuestra libertad. Se está hipotecando por los siglos venideros el porvenir de nuestros hijos y nuestros nietos. Pronto, muy pronto, se formarán los "paneles de la muerte". En fin, Javier Isidoro, lo único que puedo decirte es que esto es el Armagedón. ¡Que Dios nos coja confesados! –Antes de entrar directamente al tema me gustaría, Margarito, recordarte cuando te echaron del trabajo que tenías hace un tiempo y que sólo faltó que te dieran de patadas por el trasero. No tuviste donde reclamar porque en este Estado de la Florida las leyes protegen al empleador y no al simple empleado. ¿Eso fue así o no? –Sí, exactamente. Recuerdo que no encontré donde reclamar que me hacían trabajar horas extras sin pagarlas, como lo dice supuestamente la ley. –Entonces, Margarito: aquí tienes que, con ley o sin ley, los grandes intereses hacen lo que les da la gana. Ellos dan grandes contribuciones a las campañas de los políticos y nosotros tenemos que aceptar, en religiosa sumisión, su voluntad, que por cierto, la adornan como "voluntad democrática". Si te opones a ellos entonces sos un socialista que no agradeces las bondades de tan generosos corazones. ¡Migajas en acción! Eso mismo ocurre con la Reforma de Salud: que quienes ya no sienten el poder de tener en sus manos la vida y destino de los ciudadanos, la señalan de socialista; porque ya lo que hasta hace poco era un privilegio, ha pasado a ser un derecho y muy legítimo por cierto. –Me parece, Javier Isidoro, que no puedes olvidar que, como dicen algunos de nuestros valientes defensores, eso es una mutilación a nuestra libertad. Que debemos estar ojo al Cristo para que nadie, absolutamente nadie, nos arrebate este derecho por el que tantos hombres han muerto luchando. –De acuerdo con que a la Libertad hay que cuidarla, protegerla y defenderla; que por eso la Libertad pasa a ser una quimera cuando un grupo reducido de hombres determina, en función de sus intereses, qué es un derecho y qué es un privilegio. Recuerda, Margarito: que sin salud se acaba la vida y sin vida lo que queda es la libertad de nuestros familiares de escoger el paquete –de acuerdo a la bolsa de cada familia– que nos ofrecen los comerciantes de la muerte. Un servicio que, a decir verdad, mejora cada día. – ¿Pero qué me dices, Javier Isidoro, sobre la gran cantidad de millones que costará este plan y que, como dicen nuestros patriotas, afectará a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos? –Eso no es así. Los millones y millones de que hablan es porque en su mente están los millones que dejarán de percibir quienes han comercializado con la libertad y le han arrebatado sus derechos, como es uno de los más preciados, el de la Salud; la cual no puede estar en manos privadas y sin ninguna regulación. Los grandes intereses no tienen patria. –Mira, Javier Isidoro, todo esto lo puedo entender, pero hay algo que me preocupa: son los ya famosos "Paneles de la Muerte"; ante esto tenemos que ponernos de pie e impedir que suceda. –La Ley de Reforma de Salud le ha dado un golpe de muerte a los únicos Paneles de la Muerte que conozco, Margarito: son los que han funcionado sin piedad, y en nombre de la libertad; negando cobertura médica por una condición preexistente, ante la impasibilidad de quienes hoy critican esta ley, que traerá grandes beneficios a millones de seres humanos. Es la muerte de los Paneles de la Muerte. –Mira, Javier Isidoro, quien viene por ahí: es Carlos. Aunque dicen que ya no se llama así. – ¡Hola, hola a los dos! ¿Cómo han estado? –Bien Carlos. Comentando lo de la Reforma de Salud con Margarito. Me decía Margarito que ya no te llamas Carlos. ¿De qué se trata esa broma? –Tengo que explicarte un poco rápido ya que tengo muchas obligaciones que cumplir el día de hoy. Una de ellas era pasar por la llanura buscando apoyo para quienes, en nombre del patriotismo, se oponen a esta nueva ley, que atenta contra nuestra sagrada libertad: la libertad de hacer billete a como sea, siempre bajo la protección de la ley; dentro del más puro legalismo. Lo del nombre no es que yo lo hice a propósito. Yo trabajo en un club exclusivo: "El Club del Esnobismo". Todos los miembros me empezaron a llamar Charles: en verdad a mi me gustó. Después alguien me llamó Charles Snob y me dió tanta satisfacción, que ahora no sólo me llaman, sino que yo mismo me presento como Charles Snob. Una de las misiones que tenemos es defender a las grandes corporaciones que, a fin de cuentas, se sacrifican por darle beneficios al pueblo. Hoy estamos buscando las bases para que nos respalden. Antes de venir por aquí estuve en una comunidad de ancianos, hablando sobre los Paneles de la Muerte y eso ha sembrado el terror. Esperamos obtener excelentes resultados. –Hombre, Charles Snob, en lo que has quedado: sirviendo los intereses de los que violan los derechos de la gente pobre sin seguro médico. Me recuerdo cuando te llamaban en tu país “Carlos el fanfarrón”. Ahora: deberías informarte un poco más sobre lo que es un “snob”, pero vos ni siquiera llegás a eso: te quedas en "wanna be snob". –Digan lo que digan yo estoy en las alturas. Y no olviden que en las alturas están los santos. Pero, como dicen algunos de nuestros líderes: hay que bajar de vez en cuando y actuar con sencillez franciscana. Por eso aquí estoy en esta tarea de sacrificio por los más desafortunados del País; que les están mutilando su libertad...a morirse más rápido. Me tengo que ir. Voy a una reunión con personas influyentes que están en alerta permanente. Porque esta ley afecta el corazón de las compañías de seguro, de las compañías farmacéuticas, de quienes ganan doscientos mil dólares o más al año y a quienes servimos a tan distinguidos personajes. – ¿Has visto, Margarito, hasta qué punto es mezquina esta mezquindad? –Así lo veo, Javier Isidoro. En esta semana hemos visto una magistral imitación del Iscariote.

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