Sunday, July 11, 2010

¡Una sotana con tres cabezas!

–Espero que ya estés enterado de la misa que se va a celebrar en Nicaragua –le dice Margarito a Javier Isidoro –es una Misa de acción de gracias y de petición para que el cielo ilumine a las autoridades de esta nación. –La verdad –dice Javier Isidoro– que de esto no sé absolutamente nada, ya que allá siempre están inventando algo todos los días. ¿Me puedes informar por qué una Misa de acción de gracias? –Esto tiene su historia, pero debido al poco tiempo que tenemos, te lo voy a tratar de resumir: estoy seguro que te recuerdas de aquel famoso fallo que la CSJ de nuestro país dictó a favor del ex-presidente de Nicaragua. Un fallo que tuvo la peculiaridad de haberse dictado por la ausencia de algún que otro magistrado y la incorporación de otro que pertenecía a otra sala: algo sorprendente que sorprendió al país entero y a la comunidad internacional. Se dijo que esto era parte de un arreglo entre el gobierno y la oposición mejor organizada; la que siempre manifestó que esas acusaciones tenían su origen en un gran problema psicológico del ex-presidente del raison, ya que había sido afectado de tal manera, que llegó a odiar a quienes le habían abierto las puertas del partido; y lo habían acogido como uno de ellos. Y no sólo eso, sino que se había beneficiado con los famosos sueldos (por debajo y por arriba de la mesa) durante mucho tiempo. Después quiso aparecerse como un San Francisco de manos limpias y corazón puro. –Mira, Margarito, no entiendo esto del problema psicológico y la relación que tiene con la famosa misa que se va a celebrar. Me gustaría que fueras más claro y breve. –Te lo explico, Javier Isidoro. En pocas y sencillas palabras: el asunto del problema psicológico es claro y no tiene lugar a dudas. Es que es muy triste llegar al final de la vida y, por ambición personal, renegar de nuestros principios ideológicos y abrazar otros. Ese fue este caso: el de un anciano conservador haberse presentado como un liberal. Eso debe de doler profundamente cuando se hace un recuento de nuestra vida. –Te tengo que interrumpir, Margarito, pero yo creo que eso es más profundo de lo que parece. Yo más bien me inclino a pensar que este señor, que estaba en el corazón mismo de estos grupos, sabía a ciencia cierta que lo mismo era Chana que Juana. Y esos grupos se diferencian en el nombre, y por eso no tuvo ningún problema el usar el pantalón verde y la camisa roja, ya que para los efectos, es lo mismo. Y en lo que sí estoy en parte de acuerdo es cuando mencionas a San Francisco. Es que, a lo mejor, él tenía la virtud franciscana de comunicarse con toda clase de animales– y hasta con pájaros de alto vuelo–. Pero volviendo a lo de la sentencia a hurtadillas, la sentencia a la sombra de la noche: ¿me puedes aclarar qué tiene que ver con la misa? –Hace unos pocos días, una corte en Panamá dictó un sobreseimiento definitivo, basado precisamente en el fallo de la corte de NIC; y esto demuestra, digan lo que digan los enemigos de las instituciones de nuestra nación, que éstas funcionan y se deben mantener vigentes cueste lo que cueste. Y aquí es donde vamos a dar gracias al cielo por devolverle al ex–presidente, con este fallo de la Justicia, la tranquilidad que necesita para aspirar a la presidencia una vez más. –Ya entiendo, Margarito, pero una vez conseguida esta victoria gracias a la justicia, ¿me podés decir qué es lo que van a pedir ahora para que el pueblo esté preparado? –Sencillo, muy sencillo. Vamos a pedir para que se mantenga nuestra Corte tal como está hasta el día de hoy; y que se mantengan todas las instituciones casi inalterables; porque han demostrado que de sus plumas han salido verdaderos e históricos actos de Justicia –desde restituciones hasta operaciones de limpieza, restituciones de cargos y limpiezas de nombres– y elevaremos nuestras plegarias en oraciones y cánticos para que sigamos siendo iluminados en esta marcha por construir nuestro país con iluminación divina. –Me van a perdonar que los interrumpa –dice Mr. Charles Snob– pero veo que ustedes son irredentos y se siguen orinando fuera de la bacinilla. Ya, a estas alturas, poco importa lo que estaba en la mente del ex–presidente retirado ahora mismo: lo que importa es la candidatura del ex–presidente activo en busca de la unidad de todos los que se oponen al presidente. Escuchen bien, pero muy bien: yo me estoy preparando para viajar a Nicaragua. Y tengo una misión específica que cumplir: buscar la unidad y la paz, a la vez que asistir a otra Misa, la cual es convocada por personajes distintos a los de la otra Misa, pero que será oficiada por nuestro Purpurado. ¡¿Qué?! –exclama Margarito, sorprendido por lo que acaba de escuchar. ¿Me estás diciendo que el Cardenal también va a ofrecer Misa con nuestros adversarios? –Esa precisamente es la virtud; y eso es lo que no debemos de desaprovechar, ya que podemos fortalecer nuestra democracia con la participación de las fuerzas vivas; y garantizar nuestros negocios con nuestra hermana República Bolivariana de la misma forma que lo hace el gobierno: manteniendo un absoluto sigilo para que no se echen a perder, por imprudencias, los resultados de nuestras operaciones. Y para esto contamos con el respaldo de la Asamblea Nacional, que está de acuerdo en que no se presente la declaración de probidad de los funcionarios públicos, ya que esto sería invadir la privacidad de estos elementos que se sacrifican, poniendo su talento al servicio de este pobre pueblo. –Lo que estás diciendo –dice Javier Isidoro– ¿es que ellos no tienen que rendir cuentas a nadie? –No exactamente. Ya que ellos deben rendir cuentas de sus actos a su propia conciencia y estar pendientes que el pueblo rinda cuentas de todos sus actos, como por ejemplo: de dónde sale el dinero de las marchas y otras actividades semejantes; y eso conlleva una gran responsabilidad política y social: ¡Viva el sigilo democrático! –Esto parece como si fuera un ejército defensor del medio ambiente –dice Margarito– ya que según parece, lo único que les interesa es el verde; y como cobran en dólar, pues son adictos a este color y así podríamos decir: ¡Viva la democracia verde! –Es como un despotismo democrático –dice, con la voz medio apagada,, Javier Isidoro. Sigilo, más billete, da como resultado despotismo… pero adornado con instituciones que se deben a sus intereses y no a los intereses de la nación. ¡Viva el despotismo democrático! –Palabras son palabras –dice Charles– y les voy a decir más aún: yo voy a Nicaragua a consolidar una democracia totalitaria; lo que significa que buscaré, por todos los medios, cómo privatizar todo lo que se pueda y sin ningún tipo de regulación: algo que nos va a saber a gloria. ¡Todo privatizado por el bien de todos....! (Nosotros) –Después de habernos hecho esta exposición sobre cómo debe funcionar la sociedad, me parece que es como poner a la zorra a cuidar el gallinero –dice Javier Isidoro–. – ¡Vivan los zorros y los buitres! ¿Cuál es la idea que llevas a nuestro país –pregunta Margarito– ya que, igual que yo, vas a participar de la Misa? No olviden que Eclesiastés dice que "Mejores son dos que uno, porque tienen mejor paga de su trabajo". Pero yo diré que mejor son tres que uno y, basado en este principio, propondré una fórmula para las elecciones que redundará en beneficio del pueblo: ésta será encabezada por el Cardenal, teniendo a su derecha y a su izquierda a Ortega y a Alemán; dándoles a ellos la libertad de escoger cuál posición les gusta más. Y así se acaba el problema, ya que, en sustancia, defienden y representan lo mismo: el sigilo democrático. ¡Excelente!, ¡excelente! Brillante idea –dice Javier Isidoro– estaremos ante el más milagroso de todos los milagros: ¡una sotana con tres cabezas! Todo eso son babosadas –dice Margarito– el pueblo resiente mucho de su Eminencia –que el incienso que él usa es exclusivo para grupos exclusivos– y habrá mucha oposición. Yo estoy plenamente consciente de eso –dice Mr.Snob– pero el Cardenal, –nuestro Cardenal, ya ha recorrido los caminos de la reconciliación; y también ha bebido el cáliz de la ingratitud y se sacrificaría una vez más si se lo demanda el bienestar de la patria. Yo sé que muchos grupitos, que antes casi lo proponen para que lo canonizaran, hoy lo llevarían en peregrinaje hasta la iglesia El Calvario de la ciudad de Masaya, donde bajarían al Cristo crucificado y lo clavarían a él en medio del buen y el mal ladrón; y nosotros estaríamos discutiendo en todos los medios cuál es el bueno y cuál es el malo. –A eso te puedo responder –dice Javier Isidoro– que yo comparto la opinión de ese gran escritor que partió hace poco: José Saramago, el cual manifestó que, al menos el mal ladrón tuvo la suficiente conciencia para no fingir que creía, y que, además: un minuto de arrepentimiento no podía borrar una vida entera de maldad. Bueno, Javier, ya nos despedimos: que Margarito y yo nos vamos a la patria, a participar de nuestras Misas. –Que les vaya bien con sus Misas; y ante tanta religiosidad: ¡espero que Dios nos coja confesados!

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