Sunday, September 12, 2010

¡Un decreto de comedia y una vergüenza publica!

“HolaJavier Isidoro, por falta de tiempo te narro un pequeño cuento ahora mismo “–dice Margarito. ‘¡Ahora sí! Ya no hay nada más que hacer, si hasta el día de hoy el paludismo ha sido nuestro compañero inseparable por las arremetidas violentas e insaciables de estos mosquitos como verdaderas excelencias, imaginate ahora que tenemos una verdadera Excelencia.– le dice el mandador de la finca tira la piedra y esconde la mano a su compañera de vida, la siempre hacendosa, la bonachona, la Pancha– ‘Yo sé Panchito que las excelencias nos han chupado la sangre por los siglos de los siglos pero ya llegará el día que alguien enviado del más allá se compadezca de nosotros y las fumigue de una vez y por todas.’ Estos campesinos, en su picardía, llamaban a los zancudos, excelencias... ‘Excelencia, por aquí no puede pasar, por ese lado hay muchas almas en pena tratando de saludarle y edir, pedir y pedir’ ‘Que maña la de esta gente–Hay que tener una reunión con los principales medios de prensa para que se inicie cuanto antes una campaña haciendo ver a este pueblo que nosotros estamos sacrificando nuestro tiempo(es decir dólares)para mejorar el nivel de vida de todos– dice pavoneándose su Excelencia–y decile a nuestros socios y amigos que tienen que decir que venimos a remangarnos las camisas y que nos apoyen en nuestra prioridad de gobierno, nuestro principio y fin que será comer chicharrones. Lo haremos gruñendo con alegría porque reduciendo esta población, menos sombras nos harán’. ‘No se preocupe Excelencia sus ideas serán recibidas con gran júbilo ya que todos estamos conscientes que usted es el sostén de la patria, diríamos los mismos cimientos dice uno de sus sacrificados secretarios o paniaguados lo que viene a ser lo mismo’.’ Fulanito acércate, te voy a decir algo muy privado –dice su Excelencia con una vocecita que parecía como un baño de pudor–vamos a pactar con los del Frente Sandinista para poder comer con toda tranquilidad el chicharrón que tanto le gusta a la gentecita y en esta empresa nos van acompañar nuestros honorables socios, nuestros amigos financieros y los forjadores de la opinión pública ya que es un compromiso de patria’...’Pero, pero, me parece, Excelencia, que esto hay que dorarlo bien ya que muchas personas que lo apoyaron no quieren nada con esta gente que han demostrado tener una vocación de perpetuidad que puede ser peligrosa para esta nuestra democracia. Democracia que tan excelentes ganancias ha proporcionado a tantos paladines; ¿no le parece Excelencia?’ ‘La verdad, vos no sabes nada de política, sos un muchacho, un bebé sin experiencia. Yo te puedo decir que al frente y a su secretario me los echo en la bolsa (ja ja ja), mañana mismo voy a iniciar mi plan y voy a declarar ante la opinión pública que Ortega es un verdadero estadista. (Je je je)’. Así se inició un nuevo período de nuestra historia, se libró una lucha encarnizada que paralizó al gobierno de su Excelencia y él en su arrogancia se veía como el mejor presidente de la historia. ¡La mejor de las Excelencias! ‘Yo puedo hacer lo que me dé la gana– repetía –ya que el pueblo votó por mí, no por partido ni por programas, yo soy el único, el predestinado, el insustituible, soy una verdadera e indiscutible ¡Excelencia!’ ‘Dicen, Excelencia, que usted ha cometido un grave error en pactar con Ortega’ –le dijo alguien de los pocos que se atrevían a contradecirlo y ocupado en ese momento leyendo todos los periódicos que se desvivían en alabarlo contestó–‘Si de alguien yo soy plagiario es de Dios, no olvidemos que éste pactó con Satanás referente a Job ‘ Uno de los honorables serviles a su servicio exclamó con patriótico entusiasmo ‘usted es:¡Nuestro ángel de la guarda, nos enseña la senda de la verdad y es un bienhechor de la patria, viva su Excelencia!‘ En otra ocasión estaba reunido en consejo de ministros y escucha que vienen de la calle gritos y protestas y se asoma con cautela y logra ver algunos rótulos que decían: ¡Muerte a las excelencias! ¡Necesitamos salud! ¡Nos mata el paludismo! ¡No más excelencias! Y aquí se produce un decreto para la historia. Se pone de pie y ordena a sus secretarios que copien y den a conocer el siguiente decreto:"El presidente de la República reunido en consejo de ministros suprime a partir del día de ayer el uso de "Excelentísimo" ya que nosotros somos solidarios con el pueblo y no chupamos sangre, comemos igual que todos, deliciosos chicharrones."-Un decreto de comedia.-(los presentes lanzaron gruñidos de felicidad)’La gente no se va Excelencia’,’ te dije que no menciones más esa palabra aunque el trato y la obediencia sigue siendo la misma, ¿entendiste chavalo?’ ‘Disculpe Don, pero el pueblo tiene serios problemas de salud y siguen protestando, ¿qué hacemos?’ ‘Llamen al encargado de salud y que les hable, ya deben estar más contentos después de mi decreto pues demuestra que todos somos iguales. (ja ja ja)’. Silencio, silencio va a hacer uso de la palabra el secretario del ministro de salud, por favor guarden silencio. shh, shh, shh. ‘Querido pueblo la salud de ustedes es nuestra salud, sus preocupaciones son nuestras preocupaciones, sus gustos son nuestros gustos. Por eso y en honor al deseo del presidente nos hemos dado a la tarea patriótica de comer chicharrones en el desayuno, almuerzo y cena y en esta labor de solidaridad y de amor a la patria, nuestro ministro ha perdido una pieza dental y sus fauces martirizadas ya habían empezado a despedir un aliento de angustia. Por lo tanto para evitar esta vergüenza pública no podrá atender por hoy sus reclamos, pero les recuerda para su tranquilidad que por decreto se han eliminado todas las excelencias’... La gente del pueblo que ya no tenía casi dentadura no aceptaba que por la falta de una pieza dental se cayera en vergüenza pública y tampoco entendía que por un simple decreto las excelencias iban a dejar de chupar sangre... ¡Una vergüenza pública! Hasta aquí este cuento,dice Margarito.Hasta pronto...

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