Tuesday, February 1, 2011

¡La mesa está servida!

El pueblo de Nicaragua ha acudido a las urnas con fe y patriotismo durante los últimos veinte años con la esperanza de cambiar su destino y poder acceder a los servicios y beneficios a los que tiene derecho. La naciente democracia sirvió para establecer, sin ningún tipo de regulaciones, el proceso de privatizaciones. Este dio nacimiento a lucrativos negocios que afectaban el patrimonio del Estado y dio así de patadas a las aspiraciones de los más desafortunados. No fueron patadas con una bota militar, pero esta vez con la sofisticación de guantes de seda y en nombre de la democracia, de sus patrocinadores y centinelas como son las instituciones financieras internacionales para quienes se trabajaba y cuyos designios se respetaban como inapelables. El enriquecimiento personal de unos pocos llegó a ser el triunfo de la democracia. ¡La hipocresía es un vicio de moda, y los vicios de moda pasan por virtudes! A la sombra del poder y del nepotismo se cubrieron en el mismo paraguas funcionarios públicos y líderes de la empresa privada. ¡No hay nada nuevo bajo el sol! La vocación de rapiña ha sido la gran rectora de las políticas económicas y la fuente de pobreza, de falta de salud, de falta de educación para este pueblo que ve en estos procesos algo así como un sueño que sueñan haber soñado. El país ha sido mutilado por quienes juraron defenderlo, se eleva el edificio de sus fortunas con las piedras de la tumba de la nación. Los pastores de la política y de la empresa privada han matado a diario el cordero pascual en contubernio con los grandes generales del libre mercado. ¡No hay nada nuevo bajo el sol! El gobierno Bolaños dijo al finalizar su gestión que el Presidente Ortega recibía la mesa servida ¡Servida de manjares y de caca! De manjares según el criterio del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de otras instituciones financieras. Pero servida de caca en lo que se refería a áreas como la educación, la salud y el área laboral. Estas fueron postergadas en busca de la aprobación y del aplauso de quienes consideran que el sentido profundo de la economía es el enriquecimiento de unos pocos. Si para gran parte del pueblo ha salido el sol es por la falta de sensibilidad de quienes pudieron haber hecho y no hicieron. Y como no hay nada nuevo bajo el sol, ojalá que el Presidente Ortega logre que estos "empresarios patrióticos" construyan un Versalles con el lujo de una corte alejada de las miradas del pueblo. Y así un día no muy lejano, el pueblo pueda tener esa referencia histórica y convertirla en un teatro nacional donde la juventud reciba el bautismo de las artes y de la ciencia y entonces pueda decirle al pueblo con toda justicia: ¡La mesa está servida!

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